Soy el tipo de persona que siempre está tratando de dar la vuelta a la tortilla, explorando cómo hacer las cosas mejor, de manera diferente, más productiva, más eficiente y de una manera que cubra un mayor espectro. Y la cuestión es que, cuando diseñamos, casi siempre nos centramos en el pasado o el presente. Dependemos de lo que ya sabemos, de lo que hemos visto funcionar antes, y diseñamos dentro de esos límites. Pero, ¿qué pasa con el futuro?¿Qué pasa con lo que está por venir?
Repensando el Proceso de Diseño 'Dominante'
Cuando entramos en la fase de planificación e ideación de un producto, un servicio, o cualquier solución de diseño, a menudo trabajamos dentro del marco actual, usando herramientas como el análisis PESTEL (o sus variaciones, como STEEPLED, entrevistas y otros) para comprender el contexto. Y aunque esto es útil, también crea una barrera: nos obliga a diseñar para el presente, limitando la longevidad y el impacto de lo que creamos. En los peores casos, nuestras soluciones nacen con una fecha de caducidad. Y, sin embargo, a lo largo de nuestra formación y carrera educativa, nos han dicho que un diseño atemporal es un buen diseño. Un diseño que se mantiene relevante a lo largo del tiempo, respondiendo a las necesidades cambiantes tanto de la sociedad como de los clientes.
Si realmente queremos diseñar con una visión estratégica, necesitamos ampliar nuestra perspectiva más allá del presente y anticiparnos a lo que está por venir. Centrarnos únicamente en el presente es arriesgado: lo que hoy parece funcional puede volverse obsoleto antes de lo que esperamos o incluso antes de llegar al mercado. No se trata de predecir el futuro, sino de explorar posibles escenarios y diseñar soluciones que puedan evolucionar con ellos. Un diseño con visión de futuro no solo aborda los problemas actuales, sino que también previene obstáculos futuros y se adapta de manera más efectiva al cambio, creando soluciones que puedan transformarse junto con los posibles futuros por delante.
Este enfoque no solo nos beneficia como diseñadores al expandir nuestras capacidades analíticas y creativas, sino que también mejora el valor del servicio que ofrecemos.
Un diseño que considera el futuro no solo resuelve problemas actuales, sino que también previene desafíos futuros y se adapta de forma más fluida al cambio.
Para lograr esto, debemos aprovechar todas las herramientas a nuestra disposición. La prospección estratégica, el diseño especulativo, el análisis de tendencias, junto con otros recursos como la inteligencia artificial y el big data. Esto nos permite diseñar no solo para hoy, sino para lo que viene. La intersección del diseño y la previsión no solo impulsa la innovación, sino que también refuerza nuestra responsabilidad por el impacto que creamos.
El impacto a largo plazo del diseño es crucial: las decisiones que tomamos hoy definen el mundo de mañana. Nuestras decisiones influyen en cómo evolucionan la sociedad y los mercados, y no podemos darnos el lujo de únicamente resolver problemas inmediatos sin considerar los efectos colaterales que nuestras soluciones puedan generar en el futuro.
Por eso, como diseñadores, tenemos la responsabilidad de ir más allá del ahora y diseñar con una perspectiva orientada a lo que está por venir. El diseño no es solo dar forma a lo que existe hoy, sino crear soluciones que tengan sentido mañana. Porque si solo diseñamos para el presente, estamos perdiendo todo el potencial de lo que podríamos realmente lograr y de cómo podemos impactar en el mañana.
La Prospección Estratégica y Experiencia del Cliente
Si aplicamos esta mentalidad al diseño de experiencias del cliente, el impacto se multiplica. No podemos diseñar experiencias basándonos únicamente en lo que los consumidores necesitan hoy; debemos anticiparnos a sus expectativas y a las transformaciones sociales, tecnológicas y culturales que influirán en sus comportamientos. Incorporar herramientas como el diseño especulativo, la previsión estratégica y el análisis de tendencias nos permite entender cómo evolucionarán las necesidades de los consumidores y cómo proporcionar un mejor servicio a largo plazo. Esto incluye diseñar modelos de servicio que sean más flexibles, accesibles y adaptables a contextos en constante cambio.
Por eso creo que la previsión estratégica no solo es una herramienta valiosa, sino un recurso esencial para cualquier diseñador que aspire a hacer bien su trabajo. Y si aún no nos hemos capacitado en ella, es mejor comenzar tarde que nunca.
Descubre
"Cheering the Customer"
En 2025, compartiré tendencias, descubrimientos, lecciones y actualizaciones de vida, ¡todo en un solo lugar! Además, quiero que esto sea de doble vía. ¡Me encantaría saber de ti también!
¡Conectemos, aprendamos y crezcamos juntos!
¿Quieres saber más? mira aquí.